Kang, el conquistador

¡Saludos agentes! Ha llegado la hora, hoy vamos a hablar del señor del tiempo. Uno de los enemigos más poderosos a los que se hayan enfrentado jamás los Vengadores.


Ficha de personaje


 

Alias: Kang, el conquistador
Nombre civil: Nathaniel Richards
Superpoderes: No tiene. Todo su poder viene de su intelecto y de la tecnología que ha instalado en su armadura. Destaca especialmente la capacidad de abrir portales en el espacio tiempo y un campo de fuerza casi impenetrable.
Primera aparición: Vengadores vol 1 #8, septiembre de 1964. Por los grandes, Stan Lee y Jack Kirby.



Historia del personaje:

En el limbo, en su fortaleza, un lugar que no es un lugar y que es todos los lugares al mismo tiempo, una cansada figura reposa pensativa en su trono. Pesada es la corona sobre la cabeza de Immortus, pero más pesada es su responsabilidad, la de vigilar la continuidad de las líneas temporales y evitar la destrucción de la misma realidad. 

Es imposible saber su edad real, pues hace mucho que dejó de envejecer, y para un ser como él, para el que su pasado es algo que aun está por suceder, no existe el antes o el después, sino sólo el ahora, ya que acceder a cualquier momento para él es tan sencillo como para un humano normal cambiar de habitación. Aun así, con todo ese poder en sus manos, hay días que simplemente se siente… agotado. 

El Limbo es un lugar terrible y cuenta sólo con la compañía de sus habitantes, los fantasmas espaciales y de su lugarteniente, Tempus, un golem gigante creado de la misma esencia del Limbo.
Lentamente, Immortus se incorpora y empieza a recorrer pasillos eternamente cambiantes, en los que cada puerta se abre a un espacio temporal diferente, lo que para él se podrían considerar recuerdos, que el Limbo le muestra en forma de cronoflashes, visiones de sí mismo y sus diferentes identidades. 

 Con semejante capacidad, el tiempo deja de ser algo lineal, pero además, si abusara de ello y decidiera interferir en dichas líneas, el resultado sería que su historia dejaría de ser algo puntual, anclado en el tiempo, su misma existencia sería un único todo. Y ese abuso, esa irresponsabilidad, podría parecer imposible en alguien cauto como él, pero no lo es para su gran rival, el viajero temporal conocido como Kang. Y esa es la maldición de Immortus, porque no existe nadie que personifique como él el dicho de que tú eres tu peor enemigo, ya que Kang no es más que una identidad de su juventud, o mejor dicho, una identidad que ocurre antes que la suya, puesto que su versión joven es algo que sucederá más tarde.
Kang, el conquistador, el mayor guerrero que existe, ha existido o existirá. 

Podría considerarse que la historia de Immortus empieza con él, pero no es del todo verdad. Si se desea poner algo de cordura en el caos que es su historia, primero habría que hablar de Nathaniel Richards. Nacido en el futuro, en siglo 30 de una tierra diferente de la que conocemos. Esta Tierra nunca entró en la edad media, con lo que los continuos avances armamentísticos llevaron a un futuro destrozado por la guerra. Allí es donde llegó un viajero temporal, Nathaniel Richards, el padre de Reed, de los cuatro fantásticos, que se convirtió en el pacificador e inauguró una época de bienestar y esplendor. Una época que, para su lejano descendiente con el que compartiría el nombre, era aburrida.

 Estudioso y obsesionado por la antigüedad, Nathaniel encontró la máquina del tiempo de su antepasado y se basó en su tecnología para crear la suya propia, a la que dio la forma de una gigantesca esfinge. Eso da una idea de cual era su destino, el 2960 antes de Cristo, el antiguo Egipto, pero el de otra Tierra, la original de su antepasado, la llamada Tierra primordial. Allí, utilizando sus conocimientos y tecnología superior, no tardó en hacerse con el poder y convertirse en faraón, bajo el nombre de Rama-Tut.


Gobernó casi sin oposición durante años, donde entre otras muchas cosas se ganó la enemistad de Khonshu, el dios egipcio de la venganza que en el futuro le daría sus poderes a Marc Spector, el Caballero Luna. También tuvo mucho que ver en el origen del primer mutante En Sabah Nur, Apocalipsis. Además, diversos viajeros temporales se cruzaron en su camino, hasta la llegada de los cuatro fantásticos. Inicialmente fueron derrotados y esclavizados, con Rama-Tut escogiendo a Susan como su esposa, pero escaparon, le derrocaron y le obligaron a huir en su máquina del tiempo.

 
Durante esta huida tuvo un encuentro crucial con el que puede que fuera también antepasado suyo, el Doctor Muerte. Pensando que le sería útil más adelante, le engañó haciéndole creer que se trataban de la misma persona, antes de ayudarle a regresar a la Tierra. Ese encuentro sería crucial en más de un sentido, pues de ahí sacó Nathaniel la idea de construir una armadura utilizando todos sus conocimientos y con una apariencia basada en la del propio Muerte. Esta identidad pasaría a llamarse Centurión Escarlata.

 
Rememorando este suceso, Immortus se detiene en su recorrido, puesto que una bifurcación se abre ante él. No se puede cambiar el pasado sin que tenga ramificaciones en las líneas temporales, algo que Kang explotaría ampliamente más adelante. El Centurión Escarlata se enfrentó a los vengadores de otra línea temporal y fue derrotado y expulsado, pero una versión de él continuó operando.
Hasta ahora este viaje por sus memorias era relativamente lineal, pero todo empieza a complicarse. Dubitativo, Immortus decide escoger el camino de la izquierda, siguiendo al Nathaniel que huye hacia el futuro.
El objetivo de Nathaniel en aquel momento era regresar a su época de origen, pero una tormenta temporal hizo que acabará mucho más adelante, en el siglo 40, en una Tierra devastada por la guerra donde tribus bárbaras luchaban utilizando las armas desechadas de la antigüedad. Ni aunque lo hubiera planeado le habría podido salir mejor. Rediseñando su armadura una vez más, la convirtió en el traje de batalla definitivo y adoptó un nuevo nombre, Kang. Un estremecimiento recorre a Immortus, consciente de la magnitud de este acontecimiento. Con su tecnología superior, sus conocimientos, sus habilidades marciales y su talento para la guerra, conquistó la Tierra en poco tiempo.


 

 Pero eso sólo era el primer paso. Con su nuevo ejército salió a las estrellas con ansia de batalla. Los primeros en caer fueron los reptilianos de la hermandad Badoon a los que siguieron incontables otros. Kang era y se sentía imparable, había nacido para esto y estaba cumpliendo su propósito.
Pero no era suficiente. Necesitaba un verdadero desafío y sus derrotas pasadas le llevaron a viajar de nuevo a la Tierra primordial, con el ansia de conquistar un planeta fuerte y no moribundo como el de su futuro. Tenía que demostrarse algo a sí mismo y por eso buscó a los Vengadores, prácticamente al grupo fundador, que había cambiado a Hulk por el Capitán América. Logró vencerlos con relativa facilidad sólo para caer derrotado por… Rick Jones. Ja, el recuerdo de esta humillación de Kang trae una sonrisa al rostro de Immortus. El maldito mocoso de Rick y sin la excusa del poder que conseguiría más adelante.
Tras esta vergonzosa derrota, Kang empezó a obsesionarse con los Vengadores. A pesar de que de regreso a su línea temporal era completamente imparable y civilización tras civilización caía a sus pies, sus planes eran mucho más ambiciosos. Otras dimensiones empezaron a estar en su punto de mira y en una de ellas consiguió las partículas necesarias para crear su ejército de androides, los hombres crecientes. También viajó al pasado de nuestra tierra, al 1900, donde se estableció en el pueblo de Timely, bajo la identidad de Victor Timely. Se convirtió en su alcalde y creo fábricas y negocios de los que se haría cargo haciéndose pasar por sus descendientes. Esta tecnología sirvió para la creación de la Antorcha Humana original, inspiración para el ciborg Deathlok, o el brazo biónico de Misty Knight entre otros.
Durante esta época empezó la construcción de Cronópolis, la ciudad en el corazón de la Eternidad. Una fortaleza que existe entre el limbo y la realidad, conectada a cada era de la humanidad. Esta se convertiría en su base y el centro de su imperio. 


Pero el gran conquistador estaba a punto de sufrir su más severa derrota, puesto que a pesar de haberse convertido en alguien no sometido a las leyes del espacio y del tiempo, seguía siendo humano y todo ese poder no le serviría para conquistar a la mujer de la que se había enamorado, Ravonna, la hija de un rey súbdito suyo. Para impresionarla con su poder marcial, decidió hacer una demostración derrotando ante ella a sus mayores oponentes, los Vengadores. Pero sus planes serían trastocados por uno de sus lugartenientes, que exigió la muerte del padre de Ravonna, por haberse opuesto a la conquista, como se hacía con todos los monarcas en ese caso. Kang negó esa ejecución y se encontró luchando contra sus propios hombres con la ayuda de los Vengadores. Se alzaron con la victoria, doble para Kang, puesto que esto fue lo necesario para conseguir que Ravonna le correspondiera en sus sentimientos, cosa que demostró interponiéndose ante un disparo del traidor lugarteniente contra el propio Kang. Victoria sobre cenizas. Con Ravonna al borde de la muerte más allá de toda posibilidad de curación, Kang la congeló en un ataúd que la mantendría en estasis hasta que encontrara el modo de recuperarla.


Ni la victoria sobre los Skrulls o los Shi’Ar sería suficiente para Kang. El ansia de victoria sobre los Vengadores había sido sustituida por un propósito mucho más noble, el de salvar a Ravonna, algo que llegaría casi por accidente. Durante una batalla con Thor, éste uso su martillo Mjolnir para crear un vórtice que llevó a Kang al Limbo. Recorriendo una fortaleza abandonada en la que un cadáver con una gran corona se encontraba sobre un trono, no sabía aun que lo que estaba contemplando era su propio destino, puesto que los restos eran los de Immortus, su futuro yo. Con este recuerdo la mirada de Immortus se posa sobre el pozo que se abre ante él. Infinidad de plantas llenas de pasillos y puertas, cada una correspondiente a los actos de una versión diferente de él mismo. Porque lo que Kang encontró en esa fortaleza fue la tecnología que le daría el control absoluto sobre las líneas temporales, y las pequeñas brechas y divergencias que había causado hasta ahora se convirtieron en una marea imparable.



No es posible ni para el propio Immortus encontrar un camino con algo de coherencia en esta galería de recuerdos que son más bien portales a realidades alternativas. Muchas de ellas ni siquiera han sucedido aún, o mejor dicho, todas están sucediendo en este momento. Sin embargo, la comprensión de esto es más de lo que un humano puede abarcar, incluso alguien como Immortus. Pero, aunque el camino sea imposible de trazar, tiene claro su destino, la gran puerta que le está vetada, marcada con una alfa y una omega, principio y final.


Con un último vistazo a la imagen del guantelete púrpura de Kang, presionando el botón de una antigua máquina de su futuro y extrayendo a Ravonna de la corriente temporal antes de que fuera alcanzada por el disparo, la última etapa de este viaje comienza.
La cantidad de cronoflashes se dispara según se acerca a su destino. Kang enfrentado a dos de los cuatro fantásticos en el mítico Camelot da lugar otro con una épica batalla con los Vengadores tras raptar a la Bruja Escarlata, Mantis y Agatha Harkness para descubrir cuál se convertiría en la Madonna Celestial y así aprovecharse de su poder. Batalla que curiosamente pierde gracias a que les ayuda Rama-Tut, es decir, él mismo, pero esta vez de un período posterior donde es benevolente. 


Otro flash, un Kang desintegrado luchando contra Thor, que sobrevive utilizando una tecnología que le permite transferir su consciencia a un cuerpo alternativo. Y otro más, un consejo formado por múltiples Kangs creados por sus saltos y sus intromisiones en la línea temporal, organizados por el Kang principal con el objetivo de purgarlos y quedar sólo él… Immortus se detiene unos segundos ante esta escena que se mezcla con sus recuerdos más recientes, pues fue él mismo el que disfrazado como otro Kang interfirió en sus planes, una vez más con la ayuda de los Vengadores.


Más enfrentamientos, más batallas, victorias, alguna derrota… ah, y Terminatrix. La Ravonna de una realidad alternativa empeñada en asesinarle. La ironía hizo que las tornas se volvieran y fuera Kang esta vez el que salvara a Ravonna del martillo de Thor que se dirigía mortalmente hacia ella, quedando gravemente herido. Una vez más a través del sacrificio conquistó el corazón de Ravonna, que le cuidó hasta que recuperó la salud y pasaron a gobernar juntos su imperio.
La arquitectura del pasillo que recorre cambia, para adquirir estilo egipcio, acorde con la siguiente escena. Cansado de la gestión de su imperio, Kang lo deja en manos de Ravonna y regresa a Egipto como Rama-Tut, gobernando de manera benévola. Es entonces cuando ayudó a los Vengadores a salvar a la Madonna Celestial de su yo antiguo, aunque sabiendo que perdería, incapaz de hacer otra cosa que cerrar el círculo. Este faraón atravesó las eras hasta que algo le hizo cambiar y regresar a la identidad de Kang. Frustrado, Immortus siente como su memoria se nubla una vez más y se encuentra frente a la ominosa puerta que permanece cerrada. Ha llegado al final de su viaje sin más éxito que en los anteriores. Tras ella se oculta su origen, el momento en el que Kang se convirtió en él. 


Lentamente se dirige a otra puerta, que le llevará directamente a la sala de su trono, no sin antes echar un vistazo a otro cronoflash, que no recuerda haber visto antes. Una jovencísima versión de Nathaniel Richards, huyendo a través del tiempo del Kang adulto. Adopta el nombre de Iron Lad y con la tecnología robada a Kang construye una armadura al estilo de Iron Man. Se reúne de héroes que pasarán a llamarse los jóvenes vengadores y junto a ellos se enfrenta al propio Kang adulto, al que acaba asesinando. Pero la paradoja que crea este suceso es tan terrible que la propia realidad empieza a desaparecer y el joven Nathaniel tiene que aceptar su destino inexorable, volver al futuro y desarrollar el papel de Kang. Curioso, piensa Immortus, esta debe de ser la primera vez que observa esto y ante él se abre un nuevo pasillo. Un nuevo pasado que explorar… en otra ocasión.
Cuando Immortus ha cruzado el arco de su sala del trono, una figura emerge de entre las sombras a sus espaldas, vestido de verde y púrpura, con el odio y el desprecio reflejados en su máscara azul. El maldito viejo intentando acceder otra vez donde no debe, piensa Kang. Él si sabe lo que aguarda tras la puerta, lo que será conocido como la guerra del destino.


Immortus no es capaz de recordarlo, pero él volvió a adoptar la identidad que le corresponde, la de Kang, tras observar al viejo ser sometido por los seres llamados los guardianes del tiempo. ¿Él, como perro faldero de otros? ¿Hasta ese punto había llegado su debilidad?
Mientras el débil Immortus, con la excusa de proteger a la humanidad del terrible destino anunciado por los Guardianes empezaba a actuar y manipular eventos a lo largo del tiempo, Kang, furioso, regresó a Cronópolis, recuperó su armadura y se dispuso a luchar y evitar ese futuro, costara lo que costara. Destruyó la tecnología que le permitía transferir su identidad, un artefacto de cobardes que sólo le debilitaba y saltó a la Luna, para proteger a Rick Jones y frustrar los planes del viejo. 


Y luchó, junto a Vengadores de diferentes épocas, la Inteligencia Suprema de los Kree y el maldito niñato Jones. Batalla tras batalla se enfrentó a los ardides de Immortus hasta llegar al mismísimo final de los tiempos. Arrepentido, el viejo cobarde tuvo un último arrebato de coraje y se enfrentó a los Guardianes… solo para ser desintegrado por ellos. Esto no servía a los designios de aquellos seres, así que, mediante un rayo, decidieron acelerar el envejecimiento de Kang para que adoptara la forma de Immortus y volviera a servirlos. Pero él es Kang, el conquistador, el mayor guerrero que existirá jamás y no se iba a someter. Con su fuerza de voluntad desafío las propias leyes de la realidad y su resistencia al cambio creó una divergencia, de él se desprendió un joven Immortus que creció en unos instantes, hasta la edad adulta. Justo a tiempo para ver la victoria de Kang, que aniquiló a los patéticos guardianes.


Por eso Immortus no puede saber lo que le aguarda tras la puerta. Kang debe asegurarse de que todo suceda del mismo modo y garantizar su libertad. Que el viejo tenga su vida creyendo que controla lo que sucede. Al final sólo puede haber un vencedor y ese es Kang, el conquistador.
 

Galería de personajes:

Los anacronautas son los mejores guerreros de todas las eras, escogidos personalmente por Kang como su guardia de élite.


Ravonna Renslayer, Terminatrix. La hija de un rey conquistado por Kang. Tras percibir algunos destellos de nobleza en Kang, se sacrificó para salvarle la vida. Kang se dedicó a buscar el modo de reanimarla sin éxito. Al final el Gran Maestro lo hizo, pero le mostró a Ravonna la verdad sobre Kang y ésta se volvió en su contra. Adoptó la identidad de Terminatrix y luchó contra él, pero cuando éste se sacrificó a su vez para salvarla, pasó a cuidarle hasta que se recuperó y se unió a él como gobernantes de Cronópolis.  


 

 

 

Deathunt 9000. Un cyborg de finales del siglo 21. Habitualmente actúa como líder de los anacronautas y posee la tecnología más avanzada de todos ellos.

 

 

Apocryphus. El último de los Eternos. Hijo de Sersi, la que durante un tiempo formaría parte de los Vengadores.


 

 

 

 

Wildrun. El primero de los Lobos Rojos, una saga de héroes defensores de los nativos americanos. El último de ellos es William Talltree, aliado ocasional de los vengadores. Ayudados por un espíritu lobo, poseen habilidades sobrenaturales.


 

 

 

 

 

 

Sir Raston, el Caballero Negro. El segundo de ese título, sobrino del primero de los portadores de la maldita espada de ébano. A la sombra del original, siempre temió que Merlin le considerara indigno y le arrebatara la espada.



 

 

 

 

 

 

Cómics recomendados:

Clásicos:

Marvel Gold. Los Vengadores: La Madonna Celestial. Tomo que recopila una de las sagas más clásicas de los Vengadores. Un gran ejemplo de los cómics de aquella época donde uno de los guionistas estrella del momento, Steve Englehart, desarrolla el personaje de Mantis, con apariciones destacadas de Kang, Rama-Tut e Immortus.


Modernos:

Marvel Deluxe. Jóvenes Vengadores. Volúmenes 1 y 3 (Integral y La cruzada de los niños). El joven Nathaniel Richards viaja al pasado huyendo de su yo adulto e intentando convertirse en un héroe y evitar su destino. Primera incursión en los cómics del guionista de televisión Allan Heinberg, dibujado por un excelente Jim Cheung. 

En especial la primera saga es extremadamente recomendable y en ella se presentan personajes que tendrán mucha importancia posteriormente, como Kate Bishop, Ojo de Halcón, o los gemelos hijos de la Bruja Escarlata.


Para todos los tiempos:

Marvel Integral. Siempre Vengadores. Por Kurt Busiek y Carlos Pacheco, ayudados por Roger Stern y Jesús Merino. Este es el cómic definitivo sobre Kang. En el tomo se recopila la serie limitada de 12 números. A veces se cruzan los astros y por una serie de coincidencias, acabaron trabajando algunos de los mejores artistas del mercado en una historia que ni siquiera era la que tenían pensada. Para mi puede que sea el mejor cómic de los Vengadores que se ha hecho jamás y de hecho es uno de los motivos de mi afición a los cómics en general y a los Vengadores en particular. Cualquier cosa que diga sobre él se quedará corta.


Hoy me he permitido salirme un poco de lo habitual, añadiendo partes de narración. Todo el hilo conductor de los recuerdos de Immortus no lo encontraréis en ningún cómic y de hecho es mi homenaje a Siempre Vengadores, pero lógicamente todos los recuerdos sí se corresponden con cómics publicados. Hasta pronto agentes, recordad que el futuro es prólogo.

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